El Ajo de oso (Alium ursinum) es uno de los primeros anunciadores de la primavera centroeuropea. Las hojas lanceoladas, brillantes y de un verde llamativo, brotan de un bulbo alargado cubierto de unas membranas blancas transparentes. El bohordo liso y verde claro con las flores blancas agrupadas en forma de esfera, alcanza unos 30 cm. de altura. Se cría en los bosques de robles y hayas, prados húmedos ricos en mantillo y en las vegas sombreadas.
Su fuerte olor a ajo nos revela la presencia de la planta antes de percibirla con la vista. Al principio de la primavera colonizan el sotobosque con sus hojas verdes y frescas. Las hojas más tiernas se recogen antes de la floración y se utilizan en ensaladas, guisos, sopas, verduras y salsas.
Es una planta medicinal muy apreciada por sus cualidades depurativas, circulatorias y antisépticas similares a las del ajo y se cuenta que los osos, después de su sueño hibernal, también la buscan para limpiarse el estómago, los intestinos y la sangre.
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